La atención en los centros de salud es en la mayoría de las ocasiones bastante satisfactoria debido en gran medida a la calidad y la preparación de los médicos que se encuentran dentro de estas instituciones, las cuales al formar parte en la mayoría de las ocasiones al sistema de salud general, se encuentra recibiendo información, además de actualización constante de los mejores tratamiento y procedimientos para los pacientes.
Los centros de salud se pueden dividir básicamente en tres niveles de salud diferentes: el primer nivel de centros de salud se encarga de atender a la mayor parte de la población. Su personal se encuentra capacitado de manera adecuada para atender los principales problemas de salud que se presentan en las comunidades, en general manejan las cuatro ramas básicas de la medicina, para detectar posibles problemas mayores.
En el segundo nivel, de atención tenemos instituciones mucho más grandes, con mayores niveles de atención, una gama más amplia de especialidad y tecnología superior que permite el diagnóstico y tratamiento de enfermedades más complejas, que se han complicado o bien aquellas por cuya naturaleza requieren tratamiento más específico.
En el tercer nivel nos encontramos con médicos cuya especialidad ha sido enriquecida con el estudio de una subespecialidad, la cual permite un abordaje mucho más específico, en donde las complicaciones o problemas que se encuentran en la enfermedad tratada solo son conocidas a detalle por los subespecialistas.
En teoría en un sistema de salud perfecto los centros de salud que cuentan con un tercer nivel, deberían ser el último recurso ante cualquier problema, intentando que todos los problemas sean resueltos antes de contar con complicaciones que sean tan intensas que el tratamiento médico sea escaso o de una evolución desfavorable.